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Pirotécnia deja marcas físicas y emocionales

«Cuestan más de lo que crees» es más que un slogan que busca concienciar a la ciudadanía sobre el uso de explosivos pirotécnicos. Es una realidad que le tocó vivir a Joel (nombre protegido), un pequeño de 10 años que en el 2012 perdió tres de sus dedos de la mano derecha por manipular fuegos artificiales.

Aunque han transcurrido dos años desde aquel trágico incidente y las heridas de Joel ahora son cicatrices, el menor sigue en tratamiento físico y emocional porque las lesiones por quemaduras no solo comprometen la piel sino también la parte psicológica.

La mala manipulación de los juegos pirotécnicos (camaretas, cohetes y otros explosivos) afecta emocionalmente al niño porque cambia su autoimagen; y para lograr su reinserción en la sociedad se requiere de la participación de psicólogos, rehabilitadores físicos y terapistas ocupacionales, quienes dependiendo de la evolución del menor determinarán si son necesarias nuevas cirugías.

Ese mismo año (2012), el de mayor incidencia, 49 niños recibieron atención médica en las unidades de quemados de los hospitales Francisco de Ycaza Bustamante y Roberto Gilbert por la misma causa.

Hubo niños que perdieron la visión, los dedos y las manos, recuerda la doctora Ana Soria, jefa de la Unidad de Quemados del Roberto Gilbert.

«El tratamiento de un niño quemado no termina con el cierre de heridas (dos a seis semanas según la magnitud de la quemadura), termina cuando el niño deja de crecer»; es decir, hasta los 17 años, comentó la especialista.

Desde entonces, debido a las campañas de seguridad que a través de instituciones como el Cuerpo de Bomberos, la Secretaría de Gestión de Riesgos y otras llevan adelante en la ciudad, el número de casos ha disminuido; al menos eso revelan las estadísticas del hospital Roberto Gilbert, porque a nivel general no hay cifras sobre los efectos de la mala manipulación de fuegos artificiales. Los niños son los más vulnerables, pero los adultos también son víctimas de la pirotecnia.

A inicios de este año se reportaron tres ingresos en el hospital Luis Vernaza. SE RECOMIENDA… PIROTECNIA El contenido no se debe manipular ni extraer. Cuando no explotan, no deben tocarse aunque parezca que la mecha está apagada. Si no funciona, se los debe rociar con abundante agua.

No hay que guardarlos en la casa ni entre la ropa. QUEMADURAS Cuando se enciende la ropa se debe rodar por el piso para apagar el fuego. No se debe correr. Aplicar agua fría en heridas leves y graves, hacer tocaciones con una toalla húmeda. Acudir a un centro médico.

No aplicar cremas ni preparados. MASCOTAS Les afecta el ruido. La doctora Zulma Brotons recomienda aplicarles un sedante una hora antes (la dosis la determina un veterinario de acuerdo al peso). Dejarlos en un dormitorio con la TV prendida o música suave.

Pirotécnia deja marcas físicas y emocionales